Diluvia en Nueva York y todo el mundo corre para no mojarse, pero Manny, un dominicado de 56 años, permanece imperturbable bajo su paragüas en una esquina advirtiendo a la gente de que el sábado 21 de mayo comienza el fin del mundo, según un complejo cálculo numérico de la Biblia.
Los predicadores de la llegada del fin del mundo -munidos de camisetas, folletos, libros y pancartas- pueden verse por estos días en todos los puntos neurálgicos de Nueva York, entre ellos la estación de tren de Penn y el parque en torno a la alcaldía.
En el metro, espacios publicitarios advierten sobre el “gran terremoto” que acompaña el advenimiento del “Día del Juicio Final”.
*-DIOS ES EL QUE SABE-*
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