La red social Twitter se ha convertido en el epicentro del ataque gratuito que sufrió una joven en las calles de Barcelona a manos de un hombre que la derribó de una patada. Su detención se produjo gracias a los mensajes de colaboración ciudadana recibidos por los agentes después de que el vídeo se convirtiera en viral. Sin embargo, Twitter también ha servido como plataforma para un ataque injusto, el que ha recibido un joven de Tortosa con ninguna implicación en la agresión. Los usuarios le confundieron con el agresor y le prodigaron más de 150 insultos.
En una entrevista a la emisora de radio catalana RAC1, Rubén Mascarell ha admitido tener "un aire" con el protagonista de la agresión, y afirma haberlo pasado "mal". "El sábado desperté y una persona en Twitter, que no me conocía, me dijo si era yo el que salía en el vídeo. Le dije que no. No le di importancia", afirma el joven. Pero horas después, un amigo suyo le alertó de que "todo estaba corriendo mucho por las redes". "Recibía insultos de gente desconocida" mientras que "los conocidos me defendían. Saben que soy incapaz de hacer algo así".
Tras recibir cientos de ataques online, Rubén Mascarell acudió a los Mossos d'Esquadra, que "no daban crédito de lo que estaba pasando, ya que se veía claramente que somos dos personas distintas". "Calculo que he recibido entre 150 y 200 insultos de toda España", lamenta, destacando que "por fin se ha acabado todo. Ahora tengo una anécdota, me puedo reír de ello". Sin embargo, el daño ya está hecho. El suyo es un ejemplo de que la inmediatez y alcance de las redes sociales pueden llevar a errores.
*-DIOS ES EL QUE SABE-*
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